ORGANIZACIÓN DE LA DISCIPLINA Y
EDUCACIÓN MORAL
Ballesteros y Usano
El
texto hace referencia a la escuela de antaño, la cual se basaba en la
comunicación de normas y principios impuestos por el maestro como reglas de
conducta que los alumnos debían respetar; considerando la justicia, la bondad,
la sinceridad y la religiosidad. Así pues,
se consideraba a la instrucción y la autoridad del maestro como medios de
concepción moral.
La
nueva doctrina moral (a partir del conocimiento de la naturalidad del niño, del
valor y límites de la educación) se toma en cuenta a la edad de 12 a 13 años
como la etapa donde nacen los intereses sociales.
La
escuela debe dotar al niño de la capacidad y los medios culturales para que pueda construir su propia moralidad, y enseñar las ideas, los hechos, las acciones de los demás, la cultura, el medio económico y social real en el que se desenvuelven.
El
niño se rige por influencias y la escuela debe funcionar como una influencia
positiva, tomando en cuenta otras como: su
familia, el medio social y el
mundo donde vive.
También
nos dice que “la escuela primaria debe
contribuir a formar valores morales no imponiéndolos sino marcando sus
jerarquías” (Ballesteros y Usano, 1964). Para esto se debe crear un ambiente moral donde
se tenga como medio vital del niño la estancia en la escuela, tomando en cuenta
las relaciones entre todos los actores.
A lo
largo del texto el autor va citando investigaciones y descubrimientos que dan paso a la nueva escuela moral que se basa en los principios morales del ser humano. Dos de los autores de las investigaciones que hablan de cómo enseñar
moralidad en los niños son Freud y Dewey.
En
conclusión, el autor habla sobre la importancia de la iniciativa, inteligencia y habilidad del maestro para poder tener un orden de disciplina dentro de la escuela. Además nos dice que al ser el guía de la educación moral se obtiene como resultado
una orientación educativa, lo cual hace funcional la disciplina, y que es de vital importancia conocer a fondo el desarrollo psicológico, físico y
cognitivo del niño para poder ayudarlo en su moralidad.
Referencia
bibliográfica
Ballesteros y Usano, A. (1964).
Organización de la disciplina y la educación moral. En A. Ballesteros y Usano, Organización
de la escuela primaria (págs. 8, 9, 10 y 57-71). México: Patria.